Desde la UGAMA, la Unión de Ganaderos, Agricultores y Silvicultores de la Comunidad de Madrid se habla del hartazgo del sector de la ganadería con el gobierno de la CAM que no termina de solucionar el problema que hay entre los lobos y el sector ganadero madrileño.
Desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha dado la autorización para que se aumente un 20% del gasto.
A la UGAMA llegó un escrito donde se decía que el gobierno regional había multiplicado por cinco la cantidad de ayudas al año que reciben los ganaderos, pasando de 60 mil euros en 2016 a 300.000 en 2019. Todo ello significa que hasta el año 2016, los ganaderos puede decirse que se alimentaban de manera gratuita y se quiere aclarar que el presupuesto que se destina a las ayudas a los ganaderos de lobos aumenta, pero no el valor que están recibiendo los ganaderos por los animales que quedan afectados por las matanzas o heridas graves por los actos del lobo ibérico.
Un problema que no termina de solucionarse
Si analizamos esto, en 2016 la partida de dinero de 60 mil euros que estaba destinada a todos los afectados eran muy escasa, puesto que al multiplicarse por cinco las ayudas no es que los ganaderos lleguen a recibir 5 veces más dinero por los animales que han sido atacados, es que también el número de ataques de los lobos ha llegado a aumentar en más de un sesenta por ciento desde el año 2016.
El presidente de UGAMA, Alfredo Berrocal, piensa que el problema real que tiene en la actualidad la convivencia entre la ganadería y la fauna en la Comunidad de Madrid, es el comportamiento que tiene el gobierno de la región, que a su juicio, no ha conseguir reunir a todas las partes afectadas.
Haciendo un análisis del problema, escuchando las propuestos, o asumiendo las muchas decisiones judiciales que se están produciendo en estos años al respecto. Realmente, la ganadería de Madrid no tendría que soportar todos estos costes y responsabilidades que no les corresponden.
Madrid es una comunidad autónoma de tamaño pequeño en el mapa. Pero donde su población alcanza los seis millones de habitantes y en la que el protagonismo de la naturaleza quizá no es, a simple vista, tan grande como en otras regiones.
El caso es que debe hacerse compatible, el que la flora y fauna madrileña se potencie, con este tipo de situaciones en las que se produce con conflicto de intereses.
Nadie quiere que desaparezca el lobo, pero también es cierto que es muy necesario un acuerdo entre la administración madrileña y los ganaderos, para que las ayudas por los ataques de los lobos sean las necesarias y también se estudie con detalle la población del lobo en la actualidad.