La agricultura se está transformando. Ya han quedado lejanos los aperos de labranza, donde el agricultor trabajaba en la soledad de la campiña. Ahora la agrotecnología cosecha datos para determinar el momento perfecto para la siembra o la cantidad necesaria exacta del agua y los nutrientes que necesitan los cultivos.
La agricultura, con más de 8.000 años de historia se enfrenta a un momento crítico. El abastecimiento e una población que crece 1000 millones de personas cada quince años, el famoso cambio climático, las plagas desconocidas, etc. Todo ha hecho que la agronomía sea más difícil de predecir que nunca, al menos hasta ahora.
La agrotecnología promete rescatar a los cultivos gracias a las innovaciones de carácter digital más vanguardistas y aquí el Big Data proporcionando un interesante análisis de datos en tiempo real que pone punto final a los pensamientos y previsiones sobre el tiempo atmosférico o si es idóneo cultivar un tipo de cosecha.
Un campo 4.0
Es un hecho que el agricultor ya no está solo. Ahora tiene como compañeros los drones, que no han tardado mucho tiempo en recorrer grandes superficies recogiendo imágenes y toda clase de datos, como puede ser el número de cepas, la humedad terrestre o lo fuertes que son las plantas basándose en el estudio del color, lo que le permite conocer el estado y pronosticar enfermedades. Las aeronaves son las que determinan las zonas que van a precisar fumigación para poder vaporizarlas al mismo tiempo.
Contando con tablets y demás dispositivos conectados, el labrador tiene toda la información medioambiental de los terrenos sin que tenga que moverse del tracto. Ayudan también los sensores aéreos y terrestres, o las agroguías, que tienen unos sistemas GPS para tratar herbicidas y abonos fertilizantes.
Igualmente hay cámaras que se encargan de detectar el estrés de las plantaciones por enfermedades, plagas y sequía. Podemos citar también mapas que llegan hasta el punto de registrar hasta los cambios en la fotosíntesis de las plantas, siendo grandes protagonistas de la agricultura de precisión.
Este es un fenómeno que se basa en las aplicaciones personalizadas obtenidas de la información medioambiental más exacta de la tierra y que hacen posible la adopción de decisiones beneficiosas para el suelo y los cultivos.
Mediante GSM, satélite o wifi, un conjunto de parámetros recogidos se envía a un servidor en la nube que se encarga de analizarlos masivamente para aportar datos con un gran valor añadido agrícola, como, por ejemplo, un cultivo mejor para un terreno determinado, adoptar medidas preventivas contra las plagas, conocer el número exacto de las plantas y cómo se encuentra cada una, hasta el punto de saber incluso hasta las enfermedades que tendrán con suma certeza.
Agricultura genética
En la historia agronómica, los cultivos se han optimizado para seleccionar los que tienen propiedades mejores, como una resistencia mayor a las condiciones meteorológicas extremas, epidemias y demás enemigos naturales.
El caso es que la agricultura 4.0 revoluciona el sector gracias a la fitogenética, que es una ciencia que se encarga de mejorar genéticamente los cultivos para que sean más resistentes, adaptables y productos, incluso cuando las situaciones climatológicas sean adversas.
Los tiempos avanzan y también la agricultura se beneficia de ello ¿no?