No hace mucho se ha celebrado el congreso más grande del mundo de tecnología móvil, el Mobile World Congress de Barcelona. Este evento ayuda a pensar en la importancia cada vez mayor que tiene la tecnología en todos los ámbitos de actividad. En los 9 pabellones que tiene esta feria, solo uno era el que pertenecía a los móviles y sus novedades. En el resto se podía ver una gran cantidad de tecnología de lo más variado, algunas que hasta tendrán cabida en el mundo del vino.
Cuando hablamos de la gran cantidad de tecnología de este congreso, podemos hablar de la inteligencia artificial, diversas aplicaciones, asistentes de voz, computación cuántica, el famoso 5G, todo ello que podrá ser aplicado a multitud de actividades. Todas ellas tendrán un elemento común, la conectividad.
La tecnología 5G supondrá un cambio radical, no solo en infraestructuras y dispositivos, también tendrá consecuencias en cuanto a los cambios legislativos, los comportamientos del consumidor y en los modelos de negocio.
Siendo más concretos, Imaginext Rioja nació hace cinco años con el ánimo de aproximar la tecnología a un sector considerado tradicional como es el vino. En el largo recorrido de los nueve pabellones de la MWC no se puede encontrar nada que tenga que ver específicamente con el vino, pero sí que pueden tenerlo de forma indirecta.
La conectividad tendrá un papel fundamental para las bodegas y los clientes
Volviendo al factor común de la conectividad y enfocándolo al ámbito productivo en las bodegas, se pueden encontrar soluciones tecnológicas que nos permitan vincular información y datos provenientes del campo, de los análisis del vino, del proceso de elaboración, del de producción y de embotellado.
Toda esta información, si se analiza desde una plataforma interoperable común, puede hacer más sencillos los datos que hagan posible la optimización de los procesos, automatización de órdenes, gestión de los planes de trabajo, análisis históricos y predictivos, etc.
Hay que tener claro que la tecnología y la conectividad nos facilitan una agricultura inteligente y por lo tanto una verdadera industria conectada. Si se orienta la conectividad al mercado, a un consumidor que esté permanentemente conectado, las bodegas van a tener que basar sus estrategias de digitalización situando al cliente en el centro.
La tecnología y la conectividad cambiarán la cadena de valor del vino conseguirán que la bodega se relacione de forma directa con cada cliente.
La mera posibilidad de una relación directa con el consumidor tiene que hacernos reflexionar y plantear una estrategia digitalizadora de las compañías. Afrontar nuevas políticas de distribución, relaciones contractuales y políticas de precios son elementos importantes a la hora de afrontar un mix de mercado donde únicamente en digital aparecerán plataformas ecommerce propias y de terceros, marketplace, recomendadores o comparadores.
Imaginext Rioja lleva desde hace cinco ediciones queriendo hacer reflexionar sobre estos u otros aspectos, tomando la tecnología y la conectividad como eje vertebrador, lo que ha hecho que nos convirtamos por una jornada en una pequeña Wine World Congress.
Esperamos que sigan adelante con esta iniciativa, muy necesaria en unos tiempos tan apasionantes como los que nos esperan en estos años venideros.