Con los partidos de izquierda que apoyan la gestión del Govern y el voto contrario del PP, Cs y el PI, el Parlament balear ha aprobado la nueva ley agraria de Baleares. Esta nueva ley, ha sido calificada de “más agrícola y menos urbanística” por el conseller, Vicenç Vidal. El sector agrario de Ibiza ve con recelo la nueva figura de Zona de Alto Valor Agrario (ZAVA), incluida en la nueva ley balear agraria, que limitará las posibilidades de construir viviendas no vinculadas a la explotación agraria.
La nueva ley agraria prevé que las Áreas de Interés Agrario (AIA), que, en el caso de Ibiza, se corresponde con todo el suelo rústico de la isla, tengan la consideración de ZAVA. Sin embargo, para evitar la aplicación de las restricciones edificatorias que prevé esta nueva figura de protección en todo el suelo rústico común de la isla, la ley agraria marca un periodo transitorio de dos años como máximo para que el régimen jurídico y de usos de las ZAVA no se aplique hasta que los consells insulares los delimiten, a través de un reglamento o una modificación del Plan Territorial Insular (PTI).
El espíritu de esta ley es garantizar la continuidad de la actividad agraria y la producción de alimentos en Baleares, mejorando de esta forma la renta de los agricultores y protegiendo los recursos necesarios para llevar a cabo su tarea, ha manifestado el conceller en su debate.
También se ha referido a la figura de los payeses, de los cuales dijo, que hay que darles mucha importancia a la actividad que realizan, ya que no solo son generadores de alimentos, sino “agricultores del paisaje”.
La Consellería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, tiene como uno de los principales objetivos, reservar un espacio al sector agrario para evitar que se expulse al payés del campo o sea desplazado por usos del suelo rústico, como el turístico o el residencial. El conseller ha afirmado que el acceso a la tierra es cada vez «más complicado y más caro» debido a la insularidad, pero también a la presión urbanística. No en vano, el precio de la hectárea agraria se ha multiplicado por cuatro desde los años 80, ha manifestado.
La ley agraria establece una nueva figura de protección del suelo rústico: las Zonas de Alto Valor Agrario (ZAVA), las tierras especialmente ricas para la agricultura que se crean como espacio de uso exclusivo para el sector agrario que tendrán prioridad a la hora de recibir ayudas. El texto también establece que serán los consells insulars, con la representación de los representantes agrarios, los encargados de delimitar las ZAVA en un término máximo de dos años tras la entrada en vigor de la ley. Una vez pasado este tiempo, solo en el caso de que no se haya completado la delimitación, ésta correrá a cargo de la conselleria competente en materia de agricultura.
La ley recoge que la degustación del producto propio y la primera transformación se pueden llevar a término en cualquier tipo de explotación. Una de las «prioridades» de la ley es «garantizar la soberanía alimentaria», ha manifestado Vidal.
Por primera vez, se incluye en una ley de estas características una relación de derechos y deberes de los propietarios en suelo rústico en materia de sanidad vegetal.
La ganadería además, se considera desde ahora una actividad agraria estratégica, con independencia de la especie.