Este sábado, se publicó en el Boletín Oficial de las Islas Baleares (BOIB) la resolución del presidente del Fondo de Garantía Agraria y Pesquera de las Islas Baleares (FOGAIBA) por la que se convocan, mediante anticipo de gasto, ayudas de minimis para el Mantenimiento del paisaje agrario de las Islas Baleares. El importe total de la convocatoria, de 2.900.000 euros, proviene del impuesto de turismo sostenible (ITS) y tiene como objetivos compensar los gastos superiores que supone el manejo de explotaciones diversificadas y reconocer la labor beneficiosa que desarrollan tanto en el ámbito agrícola como en el ecológico.
Las personas que estén interesadas podrán empezar a solicitar las subvenciones a partir de mañana y hasta el día 31 de enero de 2019. El año pasado, un total de 643 campesinos profesionales de las Islas Baleares se beneficiaron de la convocatoria, obteniendo, por término medio, 3.925 euros.
Las explotaciones diversificadas
Para justificar la concesión de estas ayudas, la resolución explica que, si bien puede encontrarse en las Islas Baleares todo un abanico de tipologías de explotación agraria, las explotaciones diversificadas son el modelo de gestión agraria mayoritario, el que estructura el territorio y el que le otorga identidad. Estas explotaciones se caracterizan por un modelo de finca de dimensiones pequeñas o medianas con diversidad de cultivos en extensivo y arbolado, con presencia de ganadería y trabajadas en muchas ocasiones por uno o varios miembros de una misma familia.
Estas fincas suelen vender su producto en proximidad a mercados o a cooperativas y, debido a su baja capacidad de reacción económica, están sufriendo más gravemente la decadencia del sector y la competitividad que ejercen los grandes productores.
En este tipo de explotaciones, que pueden entenderse como una unidad socioeconómica, ambiental y cultural por sí sola, se lleva a cabo una gestión agraria caracterizada por el aprovechamiento de los recursos naturales que tiene al alcance de una manera sostenible, aunque eso suponga a menudo unos gastos adicionales de mano de obra y maquinaria que no se dan en explotaciones más intensivas.
Una situación que puede resultar injusta si se considera que la gestión agraria diversificada genera servicios ambientales gratuitos que, aunque no estén reconocidos ni remunerados, benefician el conjunto de la sociedad , como la absorción de CO2, la polinización por parte de abejas, la conservación del suelo fértil, el reciclaje de nutrientes o la conservación del patrimonio genético, entre otros.
La dispersión parcelaria de las explotaciones y el tamaño de las parcelas también han contribuido de una forma extraordinaria a la creación de un paisaje agrario rico y diverso, un sistema complejo de relaciones en muchos ámbitos entre el ser humano y la naturaleza llamado agroecosistema, fundamental para la gestión y mantenimiento de la diversidad.
Sin embargo, el manejo de estas explotaciones es económicamente menos eficiente que las explotaciones con monocultivos o sin producción cualificada, lo que implica una gran desventaja competitiva respecto de otras modalidades de explotación más intensivas y tecnificadas que se dedican a unos pocos productos agrarios, algo que pretende minimizarse con la concesión de las ayudas.