Hace, aproximadamente, mes y medio, la ministra de Transición Energética y Medio Ambiente, Teresa Ribera, declaró en los micrófonos de La Brújula, de Onda Cero, dirigida por Juan Ramón Lucas, en relación a las actividades taurina y cinegética. «Me gustan los animales vivos y no soy muy partidaria ni de los toros ni de la caza». «No forman parte de las responsabilidades de mi Ministerio. Pero desde el punto de vista personal tengo clara cual es mi opción, y mi opción es disfrutar de los animales vivos y siempre me ha resultado muy llamativo que haya gente que disfrute de ver morir o ver sufrir animales. La verdad es que no lo entiendo. Creo que eso está cambiando rápidamente y que los patrones culturales y los valores sociales lo hacen a ese ritmo. Por tanto, y sin interferir en lo que no me toca, simpatizo con esa serie de planteamientos». Cuando se le preguntó si a nivel personal prohibiría la caza y los toros, Ribera contestó: «Efectivamente, sí».
Frente a estas declaraciones, la nota de prensa oficial de la Junta de Extremadura comunica que el Pleno de la Diputación de Cáceres celebrado hoy ha aprobado por unanimidad de todos los grupos (PSOE, PP y Ciudadanos) una Declaración Institucional en defensa de la caza, la pesca y los toros, que los socialistas registraron el mes pasado y en la que se invita a «todas las entidades locales y a la Federación Extremeña de Municipios y Provincias a adherirse», al considerar que estos tres sectores tienen una gran importancia para combatir el despoblamiento en las zonas rurales.
En el texto de la Declaración presentada, se plantea dar traslado al Gobierno de la Nación para que «garantice la defensa y la protección de los sectores de la caza, la pesca y la tauromaquia por el impacto económico, social, medioambiental y cultural que dichas actividades tienen en el mundo rural».
Asimismo afirma que, además de los aspectos culturales, las actividades relacionadas con la caza, la pesca y la tauromaquia tienen una indudable trascendencia como actividades económicas y empresariales, de dación de bienes y servicios al mercado, al producir un flujo económico que se traduce en miles de puestos de trabajo.
Para fundamentar esta afirmación, el texto informa que en Extremadura hay 89.262 licencias de caza y 120.328 de pesca, lo que indica «que aproximadamente el 20 por ciento de los extremeños practica alguna de estas actividades y lo que a su vez representa, extrapolando los datos, que en el 40 por ciento de los hogares extremeños hay un cazador o un pescador».
Respecto a la tauromaquia, la Declaración Institucional destaca su contribución a la subsistencia de la dehesa y de su biodiversidad, al mantenimiento de la raza singular del toro bravo y, sobre todo, a la creación y mantenimiento del empleo. En concreto, en Extremadura pastan más de 120 ganaderías de reses bravas, «en el entorno único e incomparable de la dehesa».