En 1986, año en el que se puso en marcha el actual modelo autonómico de caza, Asturias contaba con 32.000 licencias de caza frente a las 11.000 que hay en la actualidad. Así lo manifestó el profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo, Carlos Nores Quesada, en una comparecencia en la Junta General del Principado para analizar la proposición para modificar la Ley de Caza, impulsada por Foro Asturias y que está tramitando el Parlamento asturiano.
Según Nores Quesada, la regulación asturiana, que apostó por «un modelo social de caza» fue «un gran acierto», pero la realidad del medio natural y rural ha cambiado, y afronta nuevos problemas, como el aumento de los daños producidos por fauna salvaje, «que superan el millón de euros»; los accidentes de seguridad vial que producen, por ejemplo, los jabalíes; o la presencia de estos, cada vez más frecuente, en áreas urbanas.
Tanto el profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo, como otros expertos que asistieron a la comparecencia, consideran que el «modelo social» aplicado a la caza en Asturias fue esencial para acabar con el furtivismo, pero es necesario ajustarlo a la realidad actual.