La ORDEN DRS/64/2019, de 30 de enero, por la que se aprueba el Plan General de Pesca de Aragón para la temporada 2019, publicada el 15 de febrero en el BOA, prohíbe el consumo de peces capturados en el Gállego, el Cinca y el Huerva, y recomienda lo mismo en el Jalón, ante los elevados niveles de contaminantes de origen químico que presentan los animales. Asimismo, dadas las actuales condiciones del agua de la Estanca de Alcañiz ocasionada por la excesiva proliferación de algas, recomienda que la pesca de cualquier especie se realice en la misma modalidad de captura y suelta.
La Consejería de Desarrollo Rural ha tomado esa decisión «tras el conocimiento de los resultados de los análisis realizados en ejemplares de la ictiofauna de determinados tramos de ríos (…) afectados por contaminantes químicos», imponiendo «la modalidad de captura y suelta de cualquier especie piscícola excepto las especies incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, que pudieran ser sacrificadas y eliminadas del medio natural, y excepto la trucha común en el coto deportivo de Santa Quiteria y en el tramo libre con extracción en Sabiñánigo que va desde el Puente de las Pilas hasta el Puente de la carretera Nacional 330 sobre el río Gállego, que podrá pescarse en régimen extractivo voluntario siempre y cuando los ejemplares capturados midan entre 21 y 25 cm».
Las prohibiciones afectan a ríos que atraviesan algunos de los principales focos industriales de la Comunidad Autónoma de Aragón: el Cinca a partir de Monzón, el Gállego entre esa población y el embalse de La Peña y el Huerva aguas abajo de Botorrita. Paralelamente, el plan «recomienda a efectos precautorios» la misma medida en el Jalón desde Bárboles, tras atravesar una zona de intensa actividad agrícola y ganadera, y en el Gállego a partir del pantano de La Peña. Los cinco tramos de cauces afectados por el veto, a los que se suma la laguna de La Estanca de Alcañiz por «la excesiva proliferación de algas», suman más de doscientos kilómetros de longitud.
Puntos negros en materia de contaminación
Los cuatro ríos aparecen, en algunos casos de manera recurrente, como puntos negros en materia de contaminación en los informes que los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) elaboran sobre la calidad global de las masas de agua y sus niveles biológicos y sobre la presencia de plaguicidas y de sustancias peligrosas en ellas.
Esos dictámenes alertan del deterioro ambiental que supone la elevada presencia de compuestos químicos y de metales pesados en varias zonas de la cuenca como lindano, lixiviados de elevada toxicidad y mercurio en El Gállego; lodos que acumulan hasta 17 tipos distintos de residuos (metales pesados en su mayoría) en el pequeño embalse de Sabiñánigo; DDT, fluoranteno (un producto cancerígeno que se utiliza para revestir tuberías), hidrocarburos policíclicos aromáticos y plaguicidas en El Cinca
Los informes de la CHE se refieren al Huerva