Los olivos milenarios del Sénia son la última “joya” de la agricultura de España y se han reconocido como patrimonio mundial agrícola de la ONU y pasa a estar en un selecto grupo.
La Taula del Sénia, una región en la que confluyen las provincias de Castellón, Teruel y Tarragona, está de enhorabuena, pues los olivos milenarios de la zona han recibido recientemente el título de “Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial” (Sipam), la cual es una figura donde se reconoce la capacidad para poder salvaguardar paisajes que cuentan con gran biodiversidad y apostar por la conservación dinámica y sostenible.
Este reconocimiento, según Sánchez, puede servir para impulsar su atractivo turístico: por el momento, este pasado año 3.000 personas han tenido a bien visitar la zona y se espera que dicha cifra vaya aumentando para este 2019, aunque el volumen de viajeros es más grande, pues también se puede realizar la ruta por libre.
Otro de los proyectos es el de elaborar paquetes turísticos en donde la gastronomía, las visitas a los olivos y los alojamientos en casas rurales de la zona que ofrezcan una experiencia que sea realmente única.
La producción de sal en el Valle Salado de Añana (Alava)
En este caso, la producción de sal se adentra en la historia, pues desde hace más de 7.000 años que sus habitantes trabajan diariamente en la producción de sal.
Las salinas aparecen como el resultado del aprovechamiento de los manantiales de agua salada a la hora de obtener el condimento, así como un paraje natural, que suscita igualmente el interés de los turistas, según señalan desde la Fundación Valle Salado.
Más concretamente, existe un recorrido general a la hora de conocer la historia, la arquitectura, la arqueología y la biodiversidad, la cual incluye también la posibilidad de catar la sal o poder beneficiarse de los buenos efectos a nivel terapéuticos del agua salada. De abril a octubre podemos incluir la posibilidad de poder disfrutar de las posibilidades de un spa salino al aire libre.
Existen también rutas nuevas que no están centradas en las labores de producir sal, sino en el manantial de Santa Engracia que es el que abastece la totalidad de la explotación gracias a un sistema de canales de madera, la salmuera por la totalidad de las salinas.
Uva pasa, en la comarca de la Axarquía malagueña
Municipios como Almáchar hacen de esta actividad, el principal sustento económico para 2.000 familiar y el gran reconocimiento mundial ha valido para que se impulse su imagen.
Merece la pena hacer mención a la belleza que tienen las hileras de los paseros y la posibilidad de ver “in situ” el proceso en el que se elabora la pasa, la cual procede de la uva moscatel, que se seca al sol de manera natural, convirtiéndose en un reclamo importante para esta zona en cuando al turismo.
En definitiva, estos tres paisajes podemos decir que están más vivos que nunca, pues cuentan con una larga tradición a sus espaldas y tienen un prometedor futuro donde el turismo tiene mayor importancia.