Los programas de control oficial incluidos en el Plan de Seguridad Alimentaria para 2019 contemplan un total de 77.860 visitas de control en establecimientos alimentarios, en las que se verificará el cumplimiento de la normativa en materia de seguridad alimentaria, tanto a nivel de las condiciones de higiene y de infraestructuras como de adecuación de sus sistemas de autocontrol.
Este ha sido uno de los temas abordados en la reunión mantenida por la Comisión de Seguridad Alimentaria, responsable de impulsar y coordinar el Plan de Seguridad Alimentaria de la Comunitat Valenciana y de realizar un seguimiento de su ejecución.
Para 2019 también se ha planificado la toma de muestras y análisis de 8.524 muestras, de las cuales más de 5.000 corresponden al Programa de Vigilancia Sanitaria de Alimentos, 2.320 muestras al Plan Nacional de Investigación de Residuos, 520 al control de resistencias antimicrobianas en bacterias zoonóticas y comensales, y 741 corresponden a otros programas (anisakis, verificación del control microbiológico de canales de ungulados y aves, etc.). En conjunto esta actividad representa aproximadamente el 70% de la actividad total a desarrollar por los agentes de control, correspondiendo el resto de actuaciones a la actividad no programada, entre las que destaca el seguimiento de las deficiencias que puedan detectarse.
El Plan traslada a la Comunitat Valenciana los objetivos y programas definidos en el Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria 2016-2020. La Dirección General de Salud Pública impulsa distintos programas y actividades tendentes a garantizar y promover una alimentación saludable así como la creación de un marco normativo, materializado en la publicación del Decreto 84/2018, de 15 de junio, del Consell, de fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros de la Generalitat.
En la Comunitat Valenciana en sintonía con el Plan Estratégico Nacional de Resistencia a los Antibióticos, se ha elaborado un programa integral de vigilancia y lucha contra las resistencias antimicrobianas en la cadena agroalimentaria, que incluye acciones específicas en el ámbito de la dispensación, uso racional en ganadería y vigilancia de las resistencias de las cepas aisladas en los programas de seguridad alimentaria. El objetivo del programa es racionalizar el uso de antibióticos en producción animal hasta alcanzar estándares de los países europeos más avanzados en esta materia.
Existe una creciente reivindicación de la sociedad de una mayor transparencia en las relaciones entre productores y consumidores que busca que los productos sean seguros, locales y obtenidos en base a unas prácticas respetuosas con el medio ambiente.