La directora general de Medio Ambiente de Gobierno de Navarra, Eva García Balaguer ha afirmado hace escasas fechas que la primera estación urbana de medición de calidad del aire instalada en Tudela, mejorará la datación de los niveles de ozono troposférico en el ámbito de la Ribera. Añadiendo además que “completa su red de estaciones de medición para garantizar la medición correcta de niveles en el ámbito urbano”.
Además de los niveles de ozono troposférico, uno de los elementos que más ha preocupado en cuanto a las políticas ambientales en la zona sur de Navarra en los últimos años, la estación determinará también niveles de partículas PM10 y PM2,5 y óxidos de nitrógeno.
La instalación, colocada en la plaza Central, junto a las calles Aranaz y Vides y Fernando Remacha, se completa con sensores meteorológicos de dirección y velocidad del viento, temperatura, radiación solar y humedad relativa.
El conjunto tiene un tamaño de dos metros de alto, 1,5 de ancho y 3 de largo y cuenta con un mástil en el que se sitúan los mencionados sensores meteorológicos, tres tomas de muestra, otra tomas para los analizadores y una barandilla de protección.
En lo referente a su funcionamiento, tiene un mecanismo autónomo aunque los empleados de una empresa de mantenimiento se encargan de las calibraciones de manera periódica, ha explicado el técnico del departamento, Javier Vera.
La estación desarrolla un bombeo continuado del aire que, a través de un sistema informático, envía las mediciones en un intervalo de una hora a la base de datos central del Gobierno de Navarra, donde se realizan los análisis y las verificaciones pertinentes. Esos datos también forman parte de la red de estaciones del Ministerio para la Transición Ecológica.
La Ribera, que ya contaba con las de Sangüesa, Olite, Funes y la otra instalada en Tudela, propiedad de EDP e Iberdrola y ubicada en el Monte Canraso, amplía de esta forma las estaciones de medición de su zona.
Esta instalación, le ha supuesto al Ejecutivo foral, una inversión de 90.497 euros, un hecho que Larrarte y Risueño han agradecido, señalando que se trataba de una actuación contemplada en la ciudad desde 2007 y que todavía no se había ejecutado.
Tras la presentación de la nueva estación ha tenido lugar una visita a la zona de Barca Vieja, en la orilla del Ebro, para conocer las mejoras realizadas en este escenario a través del proyecto redactado por la empresa pública Gestión Ambiental de Navarra GAN-NIK, y ejecutado por el Gobierno de Navarra.
En concreto, el proyecto ha consistido en la señalización de 38 puestos de pesca (uno de ellos especialmente adaptado para personas con discapacidad) y la adecuación de los mismos, numerándolos, acondicionando su entorno con desbroces y podas y se han adecentado los accesos con la mejora de sendas y camino.
Los objetivos de la actuación, enmarcada dentro de una estrategia más amplia de mejora de la pesca de ciprínidos en Navarra, son varios: compatibilizar la pesca con la conservación de los sotos, mejorar y ordenar el acceso al río del colectivo de pescadores y pescadoras, dotar de infraestructuras para la realización de competiciones de pesca y recuperar soto natural en las zonas degradadas.