Las cadenas de distribución aseguran además que no forman parte del problema derivado de esta crisis. Las causas, según estas compañías, están en “innumerables” y “complejos” factores.
Las cadenas de distribución aseguran que no forman parte del problema derivado de la crisis del sector agrario y creen que la solución no es encarecer los alimentos ya que el cliente “no debe pagar los problemas” de la cadena alimentaria.
Así se han expresado en sendos comunicados el presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (Aces), Aurelio del Pino, y el director general de la Asociación de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Ignacio García.
Ambos han coincidido en que la causa de los bajos precios en origen se encuentra en “innumerables” y “complejos” factores.
En concreto, Del Pino ha indicado que comparar los precios de origen y destino, “olvidando todo lo que sucede entre medias”, es “desconocer” la realidad económica y del sistema de la cadena de valor.
“El problema de los precios de origen responde a los propios mercados en origen y no a los procesos sucesivos de comercialización”, ha añadido.
Para Del Pino, la opinión pública debe ser consciente de que cada operador que interviene en la cadena aporta un valor al producto y aunque el consumidor vea precios diferentes a lo largo del año en los lineales, éstos “se marcan en origen ya que el coste de llevar -por ejemplo- el limón del árbol a la tienda es mucho más estable”.
Ante esta crisis agraria, todas las miradas se están poniendo estos días en los precios de la distribución y desde Aces están sorprendidos por la “simplificación del diagnóstico y de las soluciones a problemas tan complejos”.
Para esta asociación, la “mejor manera” de ayudar a la rentabilidad de las explotaciones a medio plazo es a través de un “diálogo serio y un análisis riguroso y profesional”.
“Desde hace años el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, las CCAA y las propias organizaciones agrarias y de la industria y la distribución vienen trabajando en la evaluación de la cadena de valor”, ha reseñado.
Desde Asedas, Ignacio García ha señalado que la distribución “no es el agente más importante” porque los precios que perciben los agricultores están sometidos a una “gran volatilidad” derivada de “innumerables” factores.
Entre ellos están el tipo de producción y producto, volúmenes de producción, factores climatológicos, cuestiones geopolíticas, comercio internacional, políticas agrarias en la UE o estructuras de producción.
Para García, se utiliza “recurrentemente el falso debate” de los “supuestos márgenes excesivos” de la distribución “desviando así” el foco mediático hacia este sector y “sin centrarlo en los problemas reales de los agricultores”.
Los estudios del MAPA, según García, demuestran que la cadena “funciona” y los precios se forman con “eficiencia” debido a la “gran competencia”.
Asedas está dispuesta a tratar con la Administración y con el sector para colaborar en la búsqueda de soluciones que no deben basarse en encarecer los precios de la alimentación: “El consumidor no debe pagar los problemas de la cadena alimentaria”.
García comparte la preocupación de los agricultores y ha indicado que están “abiertos al diálogo” para buscar soluciones “entre todos” y ver “en qué podemos” ayudar desde la distribución.