El sector del vino afronta este 2020 preocupado por los efectos del “brexit” y los aranceles de EE.UU., a lo que se suma el desafío de adaptarse al cambio climático a nivel de cultivo y de mejorar el consumo nacional per cápita en España.
El primer frente abierto llega a finales de este mes de enero con la salida del Reino Unido de la UE, una marcha largamente esperada pero que todavía genera dudas, ya que falta por ver todavía cómo quedan los intercambios comerciales entre ambas partes a partir de ahora.
El “brexit” es un reto de primera magnitud debido al peso específico de Londres en las exportaciones vitivinícolas españolas, ya que el británico es el mayor mercado para su vino envasado tanto en volumen como en valor.
Aunque las empresas han tenido tiempo para prepararse, son muchas las bodegas con intereses en Reino Unido y siguen expectantes ante el riesgo de que algún tipo de arancel derive en una subida de sus precios al consumidor, lo que podría afectar sus ventas.
Los aranceles de EE.UU., en el punto de mira
La decisión de la Administración Trump de gravar las importaciones de productos agroalimentarios europeos -sobre todo franceses, alemanes, británicos y españoles-, entre ellos el vino, es otro motivo de inquietud para un sector que veía en Estados Unidos un destino clave.
El mercado norteamericano es el tercero que más caldos españoles importa, sólo por detrás de Alemania y Francia. Pero además, el precio medio del litro vendido en el país ronda los 4 euros, tres veces superior a la media de los vinos nacionales exportados
Desde el punto de vista del viñedo, la atención sigue centrada en las consecuencias del cambio climático, que varía las características de los suelos y otros indicadores fundamentales para el cultivo. De hecho, ya está obligando a desplazar algunos viñedos del sur al norte y a buscar terrenos más elevados.
Con los mercados internacionales plagados de incertidumbre, los productores no dejan de mirar el consumo nacional, que en volumen continúa a la baja: los últimos datos disponibles del panel elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación apuntan a un descenso del 2 % respecto al ejercicio anterior, aunque en valor la evolución es positiva.