Las bodegas españolas que exportan a Estados Unidos ya se están preparando y reajustando precios de cara al nuevo envite arancelario que la Organización Mundial del Comercio (OMC) ha autorizado.
Con esta medida, no solo se perjudica a las bodegas españolas, también se resentirán importadores estadounidenses y consumidores. Afecta a toda la cadena de valor y, obviamente, el precio de las botellas de vino subirá para ellos. Es una medida injusta y desproporcionada a un sector que no tiene nada que ver con los conflictos de un sector de Estados Unidos.
Los españoles van a tener que jugar con enorme desventaja con respecto a Italia. Los italianos son los grandes beneficiados de esta guerra comercial. Tiene que ver que los italianos también cuentan con un lobby muy fuerte en Estados Unidos. Son una gran comunidad y han logrado concesiones en tiempo o en cantidades gravadas.
Además del vino, jamón, queso, naranjas, y aceitunas verdes, otro de los grandes damnificados es el aceite de oliva. Los aceiteros llevan exportando aceites a Estados Unidos desde el siglo XIX. Los políticos y los burócratas no comprenden que cambiar las reglas del juego afecta a muchísimas personas y que esta guerra arancelaria tiene repercusiones humanas.
Estados Unidos se ha salido con la suya y la Organización Mundial del Comercio le ha autorizado a imponer aranceles a más de 1.500 productos europeos para compensar las ayudas que algunos gobiernos concedieron a Airbus. El pato ahora lo van a pagar los productos agrícolas de los países que conforman el consorcio Airbus: España, Francia, Alemania y Reino Unido.
Víctimas colaterales
Las asociaciones agrícolas, que ya estaban en alerta desde el pasado mes de abril ante la posibilidad de que la OMC autorizara estas tasas, lamentan ser las víctimas de esta guerra cruzada.
Los agricultores y ganaderos españoles vuelven a ser las principales víctimas colaterales del conflicto comercial que está orquestando Donald Trump.
El vino es uno de los principales productos en el punto de mira. Además de Francia, España es uno de los principales exportadores de caldos a EEUU, que fue el cuarto destino de las exportaciones españolas en valor, con un total de 300 millones de euros vendidos.
Los vinos afectados por los aranceles son los vinos tranquilos envasados de menos de 14 grados, es decir, los vinos sin burbujas.
Trump ha anunciado que la medida será efectiva el 18 de octubre. Y aunque la fecha está a la vuelta de la esquina, los productores europeos afectados cruzan los dedos para que todo quede en un susto. Las esperanzas están puestas en la reunión convocada en Ginebra con la Organización Mundial del Comercio en la que la Unión Europea intentará negociar con Estados Unidos para evitar que la lista de aranceles se ejecute.
Se trata, sobre todo, de una medida proteccionista porque por mucho que el presidente de EE. UU. quiera disfrazarla de sanciones, el objetivo de un arancel es dificultar esas importaciones, normalmente para favorecer a los productores nacionales del mismo producto, pues así se reduce la competencia del exterior.