El trabajo de agricultores y ganaderos por la biodiversidad y el territorio, la clave del agua, la sostenibilidad como valor añadido o cómo combatir los efectos de la crisis climática en la producción de alimentos son algunas de las apuestas de la cadena agroalimentaria de cara a la COP25.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, ha declarado a los responsables de los principales eslabones de la cadena, la certeza es que la producción de alimentos de calidad, de forma sostenible, es uno de los ejes centrales de la lucha y mitigación de los efectos del cambio climático.
En este sentido, el Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones ha afirmado que “el sector estará a la altura. Es un sector importante para mitigar los efectos del cambio climático por su capacidad de almacenar carbono y ser sumidero de CO2, y para ayudar a mantener biodiversidad y paisaje. Los retos que plantea el cambio climático nos hacen situarnos ante un gran cambio”.
“El sector estará a la altura, ya que los agricultores, ganaderos y silvicultores son los primeros ecologistas, los más interesados en asegurar la sostenibilidad y su actuación es primordial en la lucha contra el cambio climático; será necesario que la futura Política Agraria Común (PAC) tenga presupuesto suficiente para que puedan afrontar con éxito este incremento de ambición medioambiental”, han sido sus palabras.
Por su parte, Mauricio García Quevedo, Director general de la Federación de Industrias de Alimentos y Bebidas (FIAB), ha explicado que “la industria agroalimentaria tiene una relación única con el medio ambiente, del que depende para disponer de forma continua y adecuada de materias primas seguras y de calidad para satisfacer la demanda de una población creciente que en 2050 se acercará a los 10.000 millones de habitantes según Naciones Unidas”.
Asimismo, ha recalcado que “la producción sostenible, la reducción del desperdicio, el aprovechamiento de los residuos, la innovación en los envases y la conservación, y el desarrollo de campañas para promover una compra consciente y hábitos sostenibles, son una muestra de su compromiso en un momento en el que la sostenibilidad es un valor añadido para los productos, las marcas y los propios consumidores”.
El Director general Cooperativas Agro-alimentarias de Españam ha asegurado que “somos lo primeros en sufrir las consecuencias del cambio climático. Estamos comprometidos con la aplicación del Acuerdo de París y nos apoyamos en la sostenibilidad ambiental, social y económica, pero también queremos que se nos escuche, porque ningún otro sector es capaz de eliminar las emisiones de forma natural”. Para ello, es necesario apoyar la transición a la bioeconomía. “Para nosotros la solución no es reducir la producción agrícola: creemos que hay que incentivar la adopción de prácticas de mitigación y métodos de gestión eficientes en la producción, transformación y venta de nuestras empresas”.
Desde el punto de vista del cambio climático, la medida “más clara” de adaptación a este fenómeno es, sin duda, como ha afirmado el Presidente de la organización agraria Asaja, la disponibilidad de agua de riego, y su garantía tanto para los actuales regadíos como para los que se puedan desarrollar en un futuro. Para ello es imprescindible acometer, de una vez por todas, la gran obra hidráulica que permita vertebrar este país; y así las infraestructuras de embalses, acuíferos, cuencas interconectadas, desalaciones y depuraciones constituirán los elementos necesarios de un Plan que tenga como finalidad incrementar la disponibilidad de agua dulce en el medio y largo plazo. Ha llegado la hora del agua.