Las mujeres rurales son un agente de gran importancia para lograr los necesarios cambios económicos, ambientales y sociales que son necesarios para el desarrollo sostenible. El empoderamiento de este colectivo no solo es vital para el bienestar de las personas y las comunidades en el ámbito rural, también lo es para la productividad económica general, pues hay un gran número de mujeres en la mano de obra agrícola del planeta.
Desde la ONU Mujeres, se respalda la capacidad de liderazgo y la participación de las mujeres rurales a la hora del diseño de leyes, estrategias, políticas y programas en todo lo que afecta a su vida, incluyendo una mejor seguridad en lo nutricional y alimentario. La capacitación dota a estas mujeres de una serie de habilidades que les van a permitir el acceso a medios nuevos de subsistencia y de adaptación de la tecnología a sus necesidades.
En la India con el apoyo para el Fondo para la Igualdad de Género de ONU Mujeres, la iniciativa Dalit Women’s Livelihoods Accountability Initiative ha tenido una gran contribución a que las mujeres que se encuentran en situación de marginación por el sistema de castas imperante participen en el programa de la Ley nacional Mahatma Gandhi de garantía para el empleo rural.
Las cifras lo ejemplifican, del año 2009 al 2011, su participación aumentó en ocho distritos de 2.800 a más de 14.000 mujeres. En la actualidad, muchas mujeres dalit tienen cuentas bancarias a su nombre y se han organizado en sindicatos para defender sus derechos.
Las mujeres en el ámbito rural, un papel importante y necesario para ONU Mujeres
En Zimbabwe, en una de las partes más pobres por las que transcurre el río Zambezi, un equipo de ONU Mujeres ha sido de gran ayuda para que las mujeres del grupo étnico tonga irrumpan en el sector de la pesca que dominan los hombres.
En vez de vender pescado adquirido en barcos propiedad de hombres, ahora tienen su propia captura. Las ventas han pasado a doblarse y las mujeres organizan asociaciones y amplían su participación en el mercado a ciudades más grandes, participando en un fondo rotatorio que se encarga de proporcionar pequeños préstamos.
Las mujeres agricultoras tienen menores accesos a tecnología de riego. En China, más concretamente en la Región Autónoma Hui de Ningxia (China), ONU Mujeres contribuyó a asegurar que una gran cantidad de mujeres agricultoras pudiesen aprender, adquirir y mantener sistemas de riego avanzados.
El famoso cambio climático ha terminado provocando que el flujo de los ríos locales, que son fuente tradicional para la obtención de agua sea algo impredecible. Multitud de hombres han terminado abandonando sus aldeas para terminar buscando trabajo en las urbes.
Para reforzar las nuevas formas de pensar que han ido apareciendo, existen grupos de teatro local que han escenificado una serie de obras que demuestran el valor de la participación de las mujeres a la hora de gestionar el agua.
Una serie de encuestas han demostrado que las mujeres locales, después de ganar confianza a la hora de adquirir nuevas habilidades y contar con nuevas oportunidades, cada vez están más dispuestas a participar en los asuntos de las aldeas.