En el medio rural y en la pesca, las mujeres reclaman una mayor visibilidad de su trabajo y de sus dificultades. El 8 de Marzo se celebra este año en un contexto de protestas del campo y de alertas ante la amenaza de la despoblación.
Unas 175.400 mujeres trabajan en agricultura, ganadería y pesca, el 22 % del total de los ocupados (793.000), según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Conseguir la igualdad de derechos tiene obstáculos añadidos para las habitantes rurales, entre ellos la falta de reflejo de su trabajo en la sombra, aseguran responsables de organizaciones representativas de las mujeres rurales: Amfar, Afammer, Femur, UPA-Fademur y Ceres (COAG).
En el litoral, muchas de las ocupaciones de la mujer ligadas al sector pesquero permanecen invisibles para la sociedad, según la Asociación Nacional de Mujeres de la Pesca (Anmupesca).
Estas son sus reivindicaciones:
Visibilidad
Las del campo piden que se reconozca su trabajo en las explotaciones como cónyuges o colaboradoras.
La Ley de Titularidad Compartida aprobada en 2011 nació con la voluntad de favorecer la igualdad, a través del reconocimiento jurídico y económico de la participación de las mujeres en la actividad de la explotación.
Pero el número de inscripciones (647 a principios de marzo) ha sido bajo. Sector y Gobierno consideran que hay que revisar la ley. Las asociaciones señalan que no se conoce y que se requieren campañas de divulgación.
Por otro lado, las mujeres piden una revisión las cuotas a la Seguridad Social, para que puedan reflejarse en las estadísticas los trabajos de agricultoras, ganaderas o de atención a la dependencia.
En pesca, colectivos como mariscadoras o percebeiras piden que se modifiquen los coeficientes (que influyen en la jubilación) y que se apliquen a las rederas (que no los tienen); esto implica una actualización de las enfermedades profesionales.
Acción frente a la violencia de género en el medio rural
Uno de los aspectos más duros de esa invisibilidad es el impacto de la violencia de género en el medio rural.
El entorno donde todos se conocen y el miedo al “qué dirán” disuaden a las víctimas de denunciar o les frena a la hora de acudir a centros asesores.
Solicitan campañas de sensibilización, para disminuir el machismo en el sector y en el medio rural, enfocadas a prevenir y erradicar la violencia de género y a apoyar a las víctimas.
Y también, que las estadísticas recojan datos detallados de la violencia de género diferenciados en el medio rural.
Ayudas especiales
Frente a la despoblación, reivindican una política fiscal que promueva el emprendimiento. Las mujeres recalcan la dificultad para acceder al crédito.
Entre las armadoras y las cofradías pesqueras, piden incentivos y bonificaciones para las empresas que contraten mujeres.
De cara a la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) para 2021-2027, España ha promovido una perspectiva de género. Las mujeres demandan que se traduzca en apoyos específicos en los planes de desarrollo rural.
Formación
Las habitantes del medio rural reivindican que se potencie la formación agraria, ganadera o para el empoderamiento personal.
Seminarios, talleres y encuentros tienen un papel muy importante.
Desde la pesca, echan en falta una oferta de estudios para garantizar el relevo generacional con marineras o para que no se extingan oficios como los de rederas o de neskatillas.
Conciliación laboral y familiar
En las zonas menos pobladas faltan centros geriátricos, guarderías o servicios de ayuda a discapacitados. Ellas demandan el fomento de la corresponsabilidad, por ejemplo con formación específica para hombres, a diferentes niveles organizativos.
Ante los horarios de la pesca, las guarderías en los puertos serían una solución.
Servicios
Una reducción de las diferencias entre campo y ciudad en la atención sanitaria y dotación de servicios asistenciales suficientes además de mejores comunicaciones.
Las mujeres rurales sufren la brecha digital, porque necesitan salidas laborales al no tener la propiedad de la tierra. A la hora de buscar la diversificación, notan más las deficiencias en el acceso a Internet.
Contra la soledad
En España, el 70 % de las personas que viven solas son mujeres, 40 % en el medio rural. La creación de empleo sería un antídoto contra la soledad, así como propiciar espacios de educación, entretenimiento y ocio activo.
Fomentar el asociacionismo y el liderazgo
Mujeres del campo y del mar coinciden en la importancia del asociacionismo y el liderazgo en sectores masculinizados y con escasa presencia femenina en los puestos de mando. Admiten avances en esa línea.
La presencia de la mujer rural también se reivindica en plataformas de derechos sexuales y reproductivos o en el de colectivos de inmigrantes.