Con cerca de un millón y medio de hectáreas, la Dehesa de Extremadura es un paraíso ecológico en el que especies ganaderas como el cerdo ibérico o la oveja merina, y fauna silvestre como el águila real o el jabalí, encuentran un refugio natural. Sin embargo, algunas previsiones estiman que si no se regenera con nuevas encinas, desaparecerá en 200 años debido a los graves problemas que sufre por causa del cambio climático y la industrialización ganadera, que podrían ser atajados, según Ecologistas en Acción de Extremadura, con una nueva Ley de la Dehesa de Extremadura que sustituya a la obsoleta, aprobada en mayo de 1986, que se adapte al actual contexto científico, económico y ambiental.
Por ello, el grupo ecologista ve positiva y necesaria la redacción y aprobación de una nueva legislación, moderna, actualizada a los nuevos tiempos y a los datos, estudios e investigaciones más recientes, de forma que ataje las problemáticas que actualmente presenta y potencie sus usos sostenibles.
Aunque el planteamiento general del Anteproyecto de Ley de la Dehesa actual parezca satisfactorio, EA considera importante y necesario introducir los siguientes asuntos clave para la persistencia y conservación, tanto de las grandes fincas adehesadas como de los pequeños propietarios:
Un artículo dedicado exclusivamente al «Suelo de la Dehesa», que exponga y describa la necesidad de preservarlo, mantenerlo y restaurarlo en aquellos casos en los que se detecten daños que pongan en riesgo la persistencia de la Dehesa.
Un artículo dedicado a las dehesas o a parcelas adehesadas sobreexplotadas que presenten daños importantes en el suelo o el arbolado, causantes en muchos casos, de un desequilibrio origen del mal de la seca y de la falta de regeneración. La declaración de estas zonas como «sobreexplotadas» sería motivo de prioridad para acceder a ayudas que puedan revertir este proceso como densificación, repoblación o restauración de pastizales.
Un artículo dedicado a las medidas necesarias para restaurar formaciones adehesadas afectadas, de forma total o parcial, por sobreexplotación, pérdida de suelo, perdida de arbolado o de biodiversidad.
Modificación en la gestión actual de la Dehesa consistente en plantar, por cada encina-alcornoque seco que se corte, otra encina-alcornoque protegida del ganado. Para garantizar y financiar esta reposición, el beneficio de la venta de la encina seca debe emplearse en la siembra de una nueva.
Potenciar, valorar, mantener y mencionar en la Ley la importancia de la fauna presente en la Dehesa, imprescindible para la buena salud y equilibrio de este ecosistema antrópico; así como la de árboles y arbustos que no sean quercíneas, restos del bosque primigenio, que dan resiliencia a este ecosistema agroforestal
Potenciar, valorar, mantener y mencionar en la Ley la importancia del bosque primigenio mediterráneo como enclave resiliente dentro de las dehesas.
Por último, EA considera que la ley tiene que ser previsora, no solo con la evolución de la Dehesa en el actual contexto de cambio climático y la necesidad de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas, decretando paquetes de medidas con base científica para esta adaptación; sino, también, con la necesaria descarbonización y adaptación al peak oil en lo que a su gestión se refiere, para así evitar el colapso de dichas explotaciones agroforestales y ganaderas.