La temporada de caza en Collserola, iniciada en octubre, concluye en breve. En este periodo, en la zona del Parque Natural de Collserola que forma parte del municipio de Sant Cugat, la Generalitat de Cataluña ha abierto el permiso de caza mayor en tres ocasiones y prevé abrirla dos veces más hasta febrero.
Estas batidas de caza forman parte del Plan Técnico de Gestión Cinegética de la Generalitat, para el control de la población de ciertas especies con el objetivo de preservar y conservar la vegetación y el hábitat natural. Para la consecución del mismo, el plan contempla dos formas de actuación no exentas de polémica: pasiva, con acciones como las vacunas de esterilización de las hembras; y activa, como las batidas de caza.
Detractores de la caza para el control de jabalíes
La Plataforma Animalista de Sant Cugat (PAS) considera que existen «estudios que confirman que la caza es contraproducente en el control de la población», pues los jabalíes «son expulsados de su hábitat natural y entonces es cuando bajan los centros urbanos ». Además, en las batidas no se permite cazar a miembros jóvenes de la especie, sino a los adultos, por lo que «los pequeños se quedan sin su referente, que es quien les enseña a convivir con su hábitat, y entonces es más fácil que huyan y bajen a la ciudad». En este sentido, la PAS cree que los humanos también somos responsables de que la población de suidos aumente en los centros urbanos: «En parte es culpa nuestra, porque ahora bajan y encuentran comida, pueden escarbar fácilmente en las papeleras y tienen ciertas facilidades para poder sobrevivir en la ciudad».
Ecologistas en Acción consideran que la caza, además de ser ineficaz para controlar la población de jabalíes, también afecta a la biodiversidad. «El impacto sobre la biodiversidad lo propician tanto las modalidades reglamentadas en las diferentes Comunidades Autónomas (caza mayor, caza menor, etc.) como aquellos otros métodos que por su escasa o nula selectividad y su carácter masivo son considerados ilegales». «La caza nunca será eficaz para controlar lo que es el objeto sustancial de su actividad, ya que lo que interesa a los cazadores es que haya siempre animales sobre los que ejercer esta actividad y, en su caso, obtener unos beneficios económicos».
Detractores de la vacuna de esterilización
El Ayuntamiento de Sant Cugat forma parte de un programa de esterilización, impulsado por la Diputación de Barcelona, en el que también participan municipios como Terrassa, Vacarisses y Matadepera. Hace unos meses, la Federación Catalana de Caza (FCC) envió una carta a los Ayuntamientos que participan en el programa, alertando de que hay «evidencias científicas» que demuestran que el método, «desestimado por otros países», aumenta la agresividad de los jabalíes. También señalaban que la vacuna «solo es efectiva» si se suministra a un mínimo del 70% de las hembras existentes en una población estanca.
En dicha carta, la FCC también denunciaba la «falsedad» de los datos publicados por la UAB y el Colegio de Abogados de Cataluña, colaboradores del programa, que indicaban que tras la vacunación han nacido 400 jabalíes menos en un año.
Consultado al respecto por TOT Sant Cugat, el teniente de alcalde de Territorio, Medio Ambiente y Participación Ciudadana, Joan Puigdomènech, declaró «Tenemos una población de jabalíes descontrolada y necesitamos detener su crecimiento» «Para llevar a cabo este control no hay una sola técnica efectiva y nuestra obligación es ir probando todas las fórmulas». En relación al aumento de la agresividad de los jabalíes por causa de las vacunas, Puigdomènech afirmó que el efecto es «exactamente lo contrario. La esterilización provoca una bajada del nivel de agresividad». Aunque también reconoció que actualmente este proyecto se encuentra en una fase de prueba piloto, y aún hay que extraer conclusiones: «Queremos ver si esta especie de esterilización es efectiva», explicó. En cuanto a las redadas, el teniente de alcalde dijo que «no hay una sola técnica efectiva para el control de la población, sino que se puede hacer con la combinación de muchas» y, por tanto, «la esterilización no es incompatible con las redadas».
Plan de prevención de los daños y los riesgos originados por la fauna cinegética
Por otra parte, también existe el Plan de prevención de los daños y los riesgos originados por la fauna cinegética, que «tiene como objetivo general establecer una estrategia para equilibrar el ecosistema, establecer un nuevo marco legal, administrativo y operativo, coordinado a los diferentes niveles del país, para hacer frente a los nuevos retos que generan los elevados niveles poblacionales que han logrado varias especies cinegéticas, y prevenir y controlar de manera eficiente y sostenible los riesgos y daños que generan».
Según datos de la Generalitat contenidos en este plan, la población de jabalíes se ha multiplicado por 7 en el conjunto del Cataluña en los últimos 15-20 años. En el Parque de Collserola en concreto, hay unos 11 jabalíes por cada 100 hectáreas, lo que implica que su población supera los 1.200 ejemplares.
Este crecimiento de la población de suidos provoca «efectos negativos sobre la seguridad ciudadana (accidentes de tráfico, ataques directos en el caso del jabalí allí donde una coexistencia próxima)» o un «incremento considerable de las pérdidas en el sector primario por los daños producidos por especies cinegéticas», explica el plan.