El crecimiento exponencial de la población de corzos, que se ha experimentado en los últimos años en algunas comarcas de Cataluña, ha tenido un impacto directo en el sector de la viña. Un centenar de viticultores alertaron de que esta especie se alimenta de los brotes tiernos de las cepas cuando brotan en primavera y que había que emprender medidas para impedirlo porque aunque los brotes comidos pueden rebrotar, ya no producen uva; y en el peor de los casos, si el animal persiste demasiado puede terminar matando la planta.
Ese es el motivo por el cual el Departamento de Agricultura puso en marcha un plan piloto para reducir la sobrepoblación de corzos en comarcas como el Priorat. Hasta la puesta en marcha de este, solo se podían capturar ejemplares machos entre el 2 de abril y el 12 de agosto, de ambos sexos entre el 2 de septiembre y el 28 de octubre y hembras entre el 6 de enero y el 24 de febrero. Desde su implantación, el Departamento ha suavizado las restricciones permitiendo a los cazadores capturar tanto hembras como machos durante todo el periodo autorizado (desde abril de 2018 y hasta este febrero). Con esta medida se espera conseguir un incremento de las capturas en la línea del repunte logrado la temporada anterior, cuando fueron cazados 365 ejemplares (un 25% más).
Donde más capturas se han realizado en el conjunto de las comarcas del Camp de Tarragona, ha sido en el Priorat; en concreto, uno de cada tres corzos cazados durante la campaña pasada. También se han hecho capturas notables en el Baix Camp y la Conca de Barberà, con un 28% cada una. Pese al aumento de los ejemplares cazados, el sindicato Unió de Pagesos considera que todavía es pronto para certificar que la medida sea «suficiente» y que la población de corzo esté «controlada», aunque de momento se muestra satisfecha con el plan piloto puesto en marcha por la Administración y confía en que mantenga su «compromiso» en los próximos años.