El Parc Natural Collserola informa que, el pasado 30 de agosto, se detectó la presencia de un número elevado de carpines (Carassius auratus) en el pantano de Vallvidrera. Un hecho que corresponde a un vertido ilegal de más de un millar de individuos, que probablemente procedía de una balsa y, por tanto, presumen que su traslado hasta el pantano no fue una operación sencilla.
Tras valorar el fuerte impacto de este vertido ilegal sobre el ecosistema, los servicios técnicos iniciaron una actuación de retirada que requirió la organización de un dispositivo especial de pesca eléctrica, técnica que permite recoger de una forma rápida y no cruenta el máximo de individuos vivos.
La actuación se llevó a cabo por entidades especializadas: Galanthus y Jurel. Galanthus es una asociación que, además de la vertiente educativa, también trabaja en el campo de la investigación y la gestión ambiental para la recuperación de hábitats y espacios alterados por la introducción de especies exóticas. Por su parte, Jurel es una empresa especializada en servicios de consultoría técnica-científica para la gestión y conservación de especies y ecosistemas acuáticos continentales.
Los peces se trasladarán al Centro de Camadoca, gestionado por la Asociación de Defensa y Estudio de la Fauna y Flora Autóctona (ADEFFA). En este centro, además de otras actuaciones, se lleva a cabo la recuperación de pájaros heridos de la familia ardeidos para poder devolverlos al medio natural. Como estas aves se alimentan únicamente de pescado vivo, de esta manera se puede resolver, en parte, la problemática del vertido ilegal y colaborar en la recuperación de especies amenazadas, cerrando así un ciclo biológico.
Actuaciones como la desarrollada pretenden devolver el equilibrio al pantano de Vallvidrera, cuya recuperación, iniciada en 1999, buscaba recobrar el patrimonio construido y la consolidación de un espacio húmedo, escaso en la sierra, potenciando especialmente las especies de anfibios, un grupo faunístico amenazado a nivel mundial.
El Parc Natural Collserola recuerda que la liberación de especies exóticas en un espacio natural protegido, como los carpines y otras que además son invasoras, constituye un delito ecológico y es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad.