Uno de cada nueve ciudadanos dejó la provincia en los últimos diez años. Ocho de los diez municipios más grandes se han sumado a la sangría demográfica.
Zamora ya es parte de la denominada “España vacía” y muchas de las poblaciones de la provincia están dentro de la también denominada “Zamora vacía”, donde no quedan colegios, se van cerrando casas y la edad media de la población supera con creces la del resto de la nación.
Un problema zamorano, aunque también afecta a otras provincias
El caso es que la despoblación no es únicamente cosa de los pueblos zamoranos, desde el año 2008 lo que hunde más la pérdida de población es Zamora capital, la cual no se salva ni con el apoyo de los municipios más próximos que también han empezado a desangrarse y pierden aquel crecimiento que se produjo a principios del siglo XXI.
La provincia zamorana es de las seis de todo el país en las que la última década ha perdido población en el conjunto de la provincia, en la capital y en el alfoz que forman los municipios más próximos y que resistieron las crisis migratorias alimentándose de los vecinos de la capital que buscaban su domicilio fuera, aunque siguieran trabajando en Zamora capital.
La despoblación, que acostumbraba a minar a los pequeños pueblos en un inicio, a favor de las cabeceras comarcarles, igualmente les fue azotando a estas con idéntica fuerza hasta que solo lograron resistir en la provincia Zamora capital, Benavente, Toro y algunos municipios en el alfoz de los tres grandes núcleos de población de mayor importancia de la provincia.
El caso es que desde 2008, ninguno de los tres grandes municipios ha podido aguantar el envite, al ver como las personas mayores iban falleciendo, los jóvenes emigrando y los nacimientos se iban reduciendo de manera drástica. La emigración en la capital se aproxima peligrosamente al ritmo de despoblación del medio rural.
Ocho de los diez municipios de mayor tamaño de la provincia han ido perdiendo población durante la década, donde solo se han salvado Morales del Vino y Moraleja del Vino. Zamora, Benavente, Toro, Villaralbo, Puebla de Sanabria, Villalpando, Fuentesaúco y San Cristóbal de Entreviñas han bajado en estos diez años y han perdido, entre los ocho, 7.914 habitantes, prácticamente la población de Toro, el tercer municipio más grande.
Sólo ocho de los 248 municipios de la provincia llegan a sumar el 35% de la pérdida de población de una provincia que en una década ha visto como había 22.672 zamoranos menos en sus censos, una cantidad mayor que la población de Benavente y Morales del Vino unidos, el segundo y el cuarto municipio más grande. O Que Benavente y Villaralbo, Moraleja, Puebla de Sanabria o cualquiera de los grandes municipios de la provincia exceptuando la capital y Toro.
Por encima de Zamora capital solo encontramos a Albacete, Jaén y Asturias, que han llegado a ver como tienen nueve municipios que pierden población. Lo mismo que Zamora, otras tres provincias de castellanoleonesas como Ávila, Soria y Burgos, además de Teruel. La llamada “España vacía”.