Hay más de 600 ejemplares de lince ibérico en España, lo que ha supuesto que pase de ser una especie catalogada «en peligro crítico (CR)» a «en peligro (EN)», gracias al programa LIFE + Iberlince que finaliza este año, en el que Castilla-La Mancha ha participado activamente para contribuir a la conservación de esta especie en la Península Ibérica, según informa su consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural en un comunicado.
En Castilla-La Mancha se han reintroducido en el medio natural, tanto en los Montes de Toledo como en Sierra Morena Oriental (Ciudad Real), un total de 70 ejemplares de lince ibérico, y han nacido en estado salvaje 70 crías desde la primera camada de 2016, algo que, en palabras del consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, «parecía impensable y que hoy es una realidad gracias al esfuerzo realizado entre todos».
LIFE + Iberlince: «Recuperación de la distribución histórica del Lince Ibérico en España y Portugal», es el tercer proyecto LIFE aprobado por la Comisión Europea que apuesta por la conservación del lince ibérico. Su objetivo general es conseguir un número de linces y un número de poblaciones que garanticen la supervivencia de la especie, y que permita disminuir su grado de amenaza. Con ello, se pretende proponer a la IUCN pasar al lince ibérico de la categoría de amenaza «en peligro crítico (CR)» a «en peligro (EN)».
En él se han implicado las Comunidades Autónomas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia, en España, cuya colaboración ha posibilitado que, desde el año 2011 y hasta este, se hayan establecido cuatro poblaciones nuevas de la especie con, al menos, cinco hembras reproductoras en cada una de ellas.
En la región castellano-manchega, desde la empresa Fomento y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha (FOMECAM) se instalaron carteles informativos en las áreas de actuación del proyecto; en concreto: tres en la provincia de Toledo, en Mazarambroz, Las Ventas con Peña Aguilera y San Pablo de los Montes; y dos en la de Ciudad Real, en los términos municipales de Viso del Marqués y Almuradiel.
Próximas actuaciones
Los objetivos del próximo programa son trabajar para consolidar las poblaciones existentes hasta alcanzar, al menos, las 20 hembras territoriales y conectar los núcleos de lince ibérico que existen en la Península, a través de los denominados «corredores naturales de la especie».
En el caso de Castilla-La Mancha, las conexiones prioritarias para la especie en esta región pasarían por conseguir el intercambio de ejemplares entre Montes de Toledo y Sierra Morena, las dos áreas de reintroducción existentes y donde se asienta el lince ibérico, con las otras poblaciones del proyecto, principalmente en Extremadura y Andalucía.
De esta manera, los corredores entre los Montes de Toledo y Sierra Morena, a través de la ZEC de Picón en Ciudad Real y el Parque Nacional de Cabañeros; Montes de Toledo y Matachel (Extremadura), pasando por la comarca toledana de la Jara y Las Villuercas, esta última en Extremadura, o la conexión natural entre Sierra Morena con Andújar a través del área de Guarrizas (Jaén).