Los daños producidos por las inundaciones en diversos puntos del norte peninsular, especialmente en Cantabria y Asturias, han motivado que la organización ecologista SEO/BirdLife insista en un comunicado sobre la necesidad de avanzar en la aplicación de la Directiva 2007/60/CE relativa a la evaluación y gestión de los riesgos de inundación.
La organización conservacionista recuerda que las crecidas de los ríos, sus desbordamientos y las consecuentes inundaciones no son episodios ajenos a los ecosistemas fluviales, sino fenómenos naturales que nos recuerdan que deben evaluarse, planificarse y gestionarse desde la protección de los ríos, la prevención de los riesgos y la adecuada ordenación territorial.
Según SEO/BirdLife, los encauzamientos no siempre eliminan el riesgo, de hecho, pueden aumentar la peligrosidad de estos fenómenos. Asimismo, declara que existe un rotundo consenso sobre la ineficacia de las conocidas «limpiezas» de los ríos, actuaciones puntuales en el tiempo y el espacio que pierden toda utilidad en las primeras horas de las crecidas. Por contra, la presencia de vegetación y otros materiales naturales presentes en los ríos juegan un papel fundamental tanto como sustento de una alta biodiversidad, como elemento determinante en la estructura de los ríos, en la reducción de la velocidad de las aguas, en la estabilización de las orillas, sedimentos, cantos y bloques de los cauces y las playas, y en la protección y laminación de las avenidas fluviales.
Adopción de medidas menos intrusivas
La lucha contra los efectos de las inundaciones debe pasar, afirma SEO/BirdLife, del enfoque tradicional basado en soluciones estructurales (encauzamientos, motas de defensa, limpiezas completas, dragados…), a medidas menos intrusivas, que a su vez suelen ser menos costosas y perjudiciales para el medio ambiente, como las dirigidas a la restauración forestal y fluvial, la mejora de la capacidad de adaptación de los lugares afectados y la disminución de la vulnerabilidad en las zonas inundables.
Por ello, insiste en la necesidad de gestionar el riesgo y no en perseverar en soluciones parciales que van contra la propia funcionalidad del ecosistema. Salvo excepciones, se siguen fomentando los encauzamientos, las motas, las «limpiezas» mal entendidas o los dragados, a pesar de que no solucionan el conflicto, ocasionan importantes pérdidas y generan una preocupante sensación de inseguridad en los pueblos ribereños.
Finalmente, SEO/BirdLife recuerda que ante el reto del cambio climático, las respuestas deben ir dirigidas a reducir la exposición y la vulnerabilidad de la población, y especialmente a mejorar la conciencia pública e incrementar la percepción del riesgo, lo que reducirá los daños ocasionados.