El Concello de Teo, en A Coruña, presentó recientemente una demanda en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid cuestionando el procedimiento utilizado por el Ministerio de Medio Ambiente para no catalogar varias especies de eucaliptos como invasoras, tras desoír un dictamen emitido de manera unánime por los 19 miembros de su propio comité científico asesor favorable a incluir al eucalipto en esta lista negra vegetal. En la demanda, el Concello de Teo solicita la anulación de dicha decisión porque se alteró el orden del procedimiento administrativo para conocer antes el dictamen científico y poder contrarrestarla, y pide que se abra un período de prueba «para acreditar que el eucalipto es una especie exótica invasora que constituye una amenaza grave para las especies autóctonas».
El Tribunal abrió un período para que las Administraciones afectadas por la demanda puedan personarse para defender sus intereses, decisión que han adoptado la Xunta y el Gobierno del Principado de Asturias.
El Ejecutivo asturiano, cuando se requirió su opinión como miembro de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, mostró su oposición a que el eucalipto fuera incluido en el catálogo de especies invasoras y aportó su propio informe, en el que destacaba la relevancia socioeconómica de esta especie en el medio rural asturiano y argumentaba contra su capacidad invasora.
El Ejecutivo señala que la expansión de esta especie es antrópica, es decir, se produce por su uso como cultivo forestal por parte de los propietarios, y no puede equipararse a la de especies como el plumero de la pampa. También matiza que, en todo caso, «no es un problema ambiental sino administrativo, de ordenación del territorio» y que el Principado «consciente de las ventajas que ofrece a los propietarios y de los problemas que puede ocasionar no limitar su cultivo, no permite la sustitución de otro tipo de frondosas».
En este sentido, recordó que los árboles que crecen en Asturias son de la variedad globulus y que además no se permite plantar eucaliptos ni pinos en las fincas cortadas de castaños, roble haya u otras especies frondosas autóctonas.
También resalta la importancia «de la consideración como cultivo humano susceptible de regulación y que la inclusión como especie invasora implicaría la desaparición de esta actividad económica lo que conllevaría grandes perjuicios económicos cuya compensación debe ser tenida en cuenta».
Detractores de esta especie
La decisión del Ministerio de Medio Ambiente de ignorar las recomendaciones de su propio comité científico para declarar a las variedades de origen australiano como invasoras en España y susceptibles de erradicación provocó, en su día, la oposición de diversos grupos y partidos del ámbito conservacionista.
Nacho González, coportavoz de Alternativa Verde-Equo, declaró al respecto «Lo del Ministerio siempre es igual. Contesta a pruebas científicas con cualquier argumento y sigue adelante. Pero está más que demostrado que los eucaliptos dejan un vacío a su alrededor», «Lo que sucede es que se nos han ido de madre porque ofrecen un aprovechamiento rápido y cómodo».
Los eucaliptos crecen con rapidez durante sus primeros años y permiten cortas frecuentes, lo que los convierte en una inversión que produce retornos rápidos en comparación con otras especies como el nogal o el castaño, más sostenibles y rentables a largo plazo puesto que los primeros dejan de ser rentables cuando cumplen 30 años. Ya no sirven para fabricar papel, la calidad de su madera para fabricar muebles, tarimas o parqués es notablemente inferior a otras especies y, como biomasa, su valor es inapreciable. Abandonados, crecen de forma incontrolada, asfixian a otras especies, expulsan a las aves de los bosques y, por su carácter altamente inflamable, se convierten en una amenaza si estalla un incendio.
Serán los tribunales los que diriman si trata de una especie invasora que daña el terreno y afecta de forma negativa a otras especies autóctonas o de una especie antrópica, sujeta a un cultivo regulado, y cuya desaparición ocasionaría graves perjuicios económicos a las regiones que explotan su madera.