Según un estudio de la Unión de Consumidores de Aragón, en estas fechas navideñas, cada familia aragonesa gastará de media entre 675 y 680 euros. De este presupuesto, un 29% se destinará a alimentación, oscilando el coste del menú para cada comensal en Nochebuena y Navidad entre los 30 y 35 euros.
¿Y cuáles son los productos más apreciados por las familias aragonesas? Según los datos recopilados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, organismo que detalla cuántas toneladas de cada alimento se consumen durante los diferentes meses del año, el consumo de cabrito se dispara en estas fechas. En concreto, pueden llegar a adquirirse cerca de 95 toneladas (datos de 2017), casi seis veces más que durante el resto del año.
También aumenta el consumo de otros productos como el avestruz, el jamón ibérico, las almejas y los berberechos. En el caso del avestruz, apenas se consume el resto del año, al igual que el jamón ibérico, cuya presencia en las mesas aragonesas se multiplica hasta nueve veces más con la llegada de diciembre; en cuanto a las almejas y los berberechos, su consumo puede cuadriplicarse en estas fechas.
Dentro de los productos cárnicos, el foie-gras también experimenta un aumento significativo. Si cada mes del año, de media, se adquieren entre 25 y 45 toneladas de este producto, en Navidad se rozan las 80.
En cuanto a los pescados, en estas fechas aumentan las ventas de rodaballo (tres veces más en diciembre que en noviembre de 2017), rape (casi tres veces más), gambas y langostinos (2,5) y salmón ahumado (4,5).
Obviamente, a la hora de la merienda y el postre, productos navideños como el turrón, mantecados, polvorones y mazapanes son los protagonistas; pero es el primero el que se lleva la palma: 275 toneladas vendidas entre noviembre y diciembre. Curiosamente, además de los productos típicos, en los postres de los menús aragoneses destaca la presencia del helado (170 toneladas) y la piña (más de 400).
La tradición consolidada de tomar 12 uvas al son de las campanadas de Nochevieja parece estar desapareciendo, por lo menos en cuanto a la compra de uva fresca se refiere, en diciembre de 2017 se consumieron 50 toneladas menos que en noviembre, quizá por la costumbre emergente de comprarla enlatada.
Ahora bien, la tradición de brindar con cava o sidra por el Año Nuevo sigue arraigada en las familias aragonesas. Tanto en el caso de los vinos espumosos, entre los que se encuentra el cava, como en el de la sidra, las ventas se quintuplican.
Finalmente, en cuanto a otras bebidas alcohólicas, destaca la venta de ginebra y de ron, que triplican sus ventas durante esta época del año.