El lado positivo de las intensas precipitaciones de la semana pasada está en las reservas de los embalses, con Mediano al 99,5% de su capacidad.
Las intensas lluvias de los últimos días han arruinado una parte importante de la cosecha de cereza en Aragón. Las fincas afectadas presentan daños del 20 al 80% dependiendo de las variedades.
El agua ha ablandado el fruto o, directamente, ha provocado su rajado, sin posibilidad de recuperarse y sin salida al mercado exterior.
Los daños afectan a las grandes zonas aragonesas dedicadas a la producción de cereza, como las situadas en las comarcas del Bajo Cinca, Bajo Aragón-Caspe o Comunidad de Calatayud.
A lo largo de este mes, algunas han registrado hasta cinco días consecutivos de lluvia y hay localidades donde las precipitaciones acumuladas rondan los 90 litros por metro cuadrado.
«Ha sido un desastre», señala uno de los cientos de productores afectados, Gerardo Balaguer, de Caspe, que calcula una afección en su finca del 70%.
«El desánimo es generalizado», añade, al ver lastradas las expectativas de esta campaña, que «debía resarcirnos de las dos anteriores y al final, nos da la puntilla».
El producto dañado no tiene salida en el mercado exterior y debe destinarse al nacional, inundado de este tipo de cereza, ya que las lluvias han causado las mismas afecciones en otras zonas frutícolas de España.
Por contra, las variedades que se han salvado encuentran «una salida rápida y buenos precios en los mercados europeos, donde escasea el producto de calidad», explica Alicia Millanes, de la empresa Namifruits de Fraga.
Aunque los daños son muy dispares dependiendo de la variedad, esta productora calcula que perderá entre un 20 y un 30% de la cosecha. La situación causa importantes pérdidas económicas y además, destruye empleo, ya que baja la necesidad de mano de obra.
En algunas fincas, habrá que seleccionar con extremo cuidado y en otras, «ni siquiera saldrá rentable entrar a recoger», señala otro de los afectados, Carlos Llambrich, de Mequinenza.
El rajado deriva en una rápida descomposición de la fruta, que se contagia al resto, lo que obliga a actuar rápido y con precaución, ya que introducir un solo ejemplar dañado arruina todo el cesto.
Desde UAGA y Asaja también lamentan la situación con la que vuelven a encontrarse los productores de fruta dulce, que, según señalan, llevan lidiando con este problema desde el inicio de la campaña.
Embalses rozando el cien por cien
El lado bueno de las precipitaciones está en los datos de los embalses. Las persistentes lluvias de la semana pasada han hecho aumentar todavía más las ya elevadas reservas de agua, hasta el punto de que Mediano, en el río Cinca, está al 99,5% de su capacidad. Almacena 432 de los 434 hectómetros cúbicos posibles. También destacan las cifras de tres presas del Noguera-Ribagorzana, especialmente Canelles (91%), la de mayor capacidad de todo el Pirineo, con 679 hectómetros cúbicos.
No obstante, «no es un año excepcional» en la margen izquierda del Ebro, aclara la Confederación Hidrográfica del Ebro, aunque sí en cuanto a precipitaciones y a las reservas en la margen derecha. Los sistemas regables están al máximo de su capacidad de embalse, con un 96% en Riegos del Alto Aragón y un 95% en Bardenas. En la zona del Canal de Aragón y Cataluña el porcentaje es del 86% en la parte del Noguera-Ribagorzana y del 98% en la del Ésera.
Muchas de las presas llevan varias semanas soltando agua para mantener un nivel de resguardo en esta lluviosa primavera. En total la reserva de agua embalsada en la cuenca es de 6.929 hectómetros cúbicos, lo que representa un 91% de la capacidad total, por encima del 77% del año pasado y de la media de los últimos cinco (80%).