Ríos con Vida, organización no gubernamental (ONG) de ámbito estatal, denunció supuestos daños al medio ambiente en el río Guadalope como consecuencia del vaciado del embalse de Santolea dentro del proyecto de recrecimiento de esta infraestructura hidrológica del Bajo Aragón, cuyo objetivo es la mejora de los regadíos aguas abajo y un mejor suministro para el consumo humano en el Bajo Aragón.
Al parecer, el barro liberado en el proceso de vaciado del pantano ha anegado en torno a una treintena de kilómetros del cauce entre los embalses de Santolea y Calanda, poniendo en peligro la labor de recuperación de especies acuáticas que llevaba a cabo un grupo de voluntarios y provocando la huida o la muerte de numerosas especies animales y vegetales.
Un hecho que, según Ríos con Vida, supone una «catástrofe ambiental» que provocará «daños irreversibles» al delicado sistema acuático de este río de carácter mediterráneo con acentuados estiajes y escaso caudal.
Su denuncia ha supuesto que los agentes del Seprona de la Guardia Civil en Teruel hayan abierto una investigación para depurar responsabilidades, que la Fiscalía de Medio Ambiente de Teruel haya abierto diligencias y que tanto el Gobierno de Aragón como la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) hayan comenzado a elaborar una serie de informes para conocer la afectación que está teniendo sobre la fauna y la flora de río el vertido de lodos que todavía continúa.
Según el presidente de la ONG en Aragón, José María Blasco, en declaraciones al medio La Comarca, «El daño que se ha hecho es tremendo e irreparable. El lodo colmata totalmente los fondos y el lecho del río, de forma que no permite la supervivencia de toda la fauna dentónica que está debajo del agua».
Medidas preventivas ineficaces
Ríos con Vida cuestiona las medidas implantadas por la empresa adjudicataria de las obras y la promotora, la empresa pública Acuaes, para controlar las afecciones que podrían tener las obras del recrecimiento de Santolea sobre las aguas del río Guadalope. Esta propuso diferentes medidas «para reducir las afecciones por la acción de los limos arcillosos» que aparecerían tras el desembalse de Santolea.
De manera preventiva se construyó una ataguía temporal, una balsa de decantación para evitar que el barro se acumulara en los fondos y superficie del río. «Para la cantidad de miles de toneladas que tiene que decantar, pensamos que está, técnicamente, muy mal hecha. Personalmente no logro entender cómo se ha hecho tan mal el desembalse», declaró Blasco, quien señaló que la balsa de decantación debería haber sido de «mayores dimensiones».
No solo fallos en las medidas preventivas, también apuntan a fallos desde el territorio. El desembalse comenzó en noviembre debido a las obras de recrecimiento y con el pantano casi vacío, llegó la gota fría. Las copiosas precipitaciones removieron los sedimentos del fondo del embalse que acabaron convirtiéndose en lodo. «El agua que salía de Santolea era auténtico chocolate», describió el presidente de la ONG en Aragón.
Posible futuro del río Guadalope
Los ecologistas temen que la situación tras los vertidos cause un daño irreparable como los ocasionados en el río Cinca tras el vaciado del embalse de Barasona. «El vaciado no se realizó de la manera correcta y el río Cinca quedó dañado. De hecho, la fauna que ahora tiene el río no tiene nada que ver con la que había antes de esta acción», lamentó Blanco.
En cuanto a las posibles soluciones, las calificó de «complejas y costosas». Una de las opciones que baraja la ONG es paralizar el desembalse de Santolea y esperar a que la presa se vuelva a llenar, para después vaciar con agua limpia y ayudar a la limpieza del río, con un trabajo físico sobre el terreno. «Será una labor que necesitará de mucho trabajo y esfuerzo, pero es primordial que se haga algo ya. Si esto sigue igual es posible que los lodos lleguen a la presa de Calanda y el barro pueda continuar aguas abajo e incluso llegar hasta el Civán», alertó.