La Margaritifera auricularia es un molusco bivalvo de agua dulce de gran tamaño, de los mayores de toda la Península Ibérica (llega a medir 17 cm de longitud). Posee valvas gruesas debido al nácar que se forma en el interior de la concha, mientras el exterior es de color pardo casi negro. Al igual que otras náyades (nombre que recibe este grupo de bivalvos) necesita para completar su ciclo reproductivo un pez hospedador donde maduren sus larvas, antes de convertirse en juveniles y caer al lecho del río.
En Aragón, se llegó a registrar la mayor población mundial censada con casi 6.000 ejemplares de Margaritifera auricularia, concentrándose sobre todo en el Canal Imperial de Aragón. Sin embargo, desde 2013 se está produciendo una mortalidad masiva de esta especie. De hecho, en la actualidad, es una de las más amenazadas a nivel mundial debido a las alteraciones de los ríos, la contaminación industrial, urbana y agraria, y la introducción de especies exóticas como el mejillón cebra. Unas alteraciones que también perjudican a sus peces hospedadores. De las dos especies de peces que la Margaritifera auricularia puede utilizar para completar su ciclo reproductor, el esturión (Acipenser sturio) desapareció de la cuenca del Ebro hace más de 50 años, mientras que el blenio de río (Salaria fluviatilis) es tan escaso que se encuentra en peligro de extinción.
Este es el motivo por el que en el año 2004, la Unión Europea aprobó el proyecto LIFE «Conservación de la Margaritifera auricularia en Aragón», del Gobierno de Aragón, a través del que se han desarrollado, cofinanciadas por ambos organismos, acciones de gestión y conservación de esta especie.
Desde entonces, el Gobierno de Aragón, con la colaboración de la CHE, el Salud y diferentes universidades y centros de investigación entre las que se incluye la Facultad de Veterinaria de Zaragoza y el Centro de Investigación Mariñas (CIMA) de la Xunta de Galicia, están investigando las causas, así como llevando a cabo medidas de traslado para evitarlo.
Acciones de emergencia
En el año 2017, se comenzaron acciones de emergencia con el objetivo de intentar salvaguardar los ejemplares aún vivos de Margaritifera auricularia del Canal Imperial de Aragón. Estas acciones estaban enmarcadas en la ejecución del Plan de Recuperación de la especie en Aragón, basado en un plan de traslocaciones elaborado por técnicos del Gobierno aragonés, con las aportaciones de diferentes expertos e interesados en la conservación de la especie.
En otoño de ese año, se trasladaron 291 ejemplares a diferentes localidades previamente seleccionadas por los técnicos en el río Ebro, aguas arriba de Zaragoza, donde el hábitat pudiera ofrecerles mejores condiciones de vida. De esta forma, se intentaba proteger algunos ejemplares ante la alta tasa de mortalidad en el Canal, calculada en torno al 60% para 2017. Los primeros resultados, en el verano de 2018, fueron mejores de lo esperado, teniendo en cuenta la debilidad con la que partían los ejemplares y la crecida extraordinaria del Ebro en la pasada primavera. La supervivencia registrada fue del 42% y sólo 19 ejemplares (6%) fueron localizados muertos. El 52% restante no se localizó ese año.
En vista de estos resultados y constatando que la mortalidad global en el Canal Imperial seguía siendo muy elevada en 2018 (un 78%), se decidió dar continuidad a las acciones del plan de traslocación. En el otoño pasado se realizó un nuevo traslado de 290 ejemplares desde el Canal Imperial hacia el río Ebro, ampliando las localidades receptoras. Una primera revisión, en enero de 2019, arrojó resultados muy positivos, pues se registró una mortalidad global de un 2,7% entre los nuevos individuos trasladados en 2018, y ninguna mortalidad adicional en los individuos trasladados en 2017.
Objetivos del proyecto LIFE
El proyecto LIFE «Conservación de la Margaritifera auricularia en Aragón pretende asegurar la conservación de las poblaciones actuales de Margaritifera auricularia mediante la aplicación de medidas preventivas y correctoras efectivas que eliminen los impactos potenciales sobre sus poblaciones. A corto plazo, se espera conseguir culminar su ciclo reproductor ex situ así como el mantenimiento de un stock de ejemplares juveniles de la especie para que a medio y largo plazo sea posible abordar la reintroducción de la especie en el medio natural.
También se plantea reforzar las poblaciones naturales del pez hospedador, Salaria fluviatilis, asegurando además el contacto entre ambas especies a partir de la infección ex situ de ejemplares del pez para favorecer la reproducción de este bivalvo in situ, pero bajo condiciones controladas.