El frío invernal que azota Aragón parece haber frenado la expansión de la mixomatosis en liebres, una enfermedad infecciosa de origen vírico que afecta a los conejos, pero no al ser humano al no ser una zoonosis.
La semana del 20 de julio de 2018, como consecuencia del programa de vigilancia pasiva de fauna silvestre, la Junta de Andalucía recibió la notificación de mortalidades anormales en liebres (Lepus granatensi) en distintos cotos de caza en los municipios de Montalbán, y de Fernán Núñez ambos de la provincia de Córdoba. Una semana más tarde se notificaron los primeros casos en la provincia de Jaén. Tal y como detalla un informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, publicado el 23 de octubre, el brote se ha extendido por la Península Ibérica, «estando afectadas en la actualidad comarcas de 12 provincias de las Comunidades Autónomas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid y Murcia».
Posteriormente, se detectaron casos de mixomatosis en liebre en Aragón; en concreto, en las localidades de Cetina (Zaragoza), Cañizar del Olivar (Teruel) y Albentosa (Teruel). Por ello, el Ejecutivo autonómico elaboró un protocolo de actuación que sigue vigente pues aunque el virus del mixoma es muy sensible a la caída de las temperaturas y disminuyen sus síntomas, no llega a desaparecer.
Por lo tanto, si alguien encuentra una liebre muerta con síntomas de padecer mixomatosis (párpados hinchados, inflamación de la zona genital y delgadez acusada) deberá enterrarla en un agujero de al menos 60 centímetros de profundidad y echar cal viva, tierra y piedras por encima, con objeto de que otros animales no accedan a él. En el supuesto de que el ejemplar esté vivo, el protocolo establece que deberá «sacrificarlo mediante un método rápido (dislocación cervical, por ejemplo) y sepultar su cadáver como se ha expuesto anteriormente».
Medidas a adoptar en caso de detectar una liebre enferma
«Las normas a seguir continúan siendo las mismas que cuando se pusieron en marcha. La gestión mediante enterramiento o el sacrificio se aplicará en zonas donde el número de animales que aparezcan afectados sea ingente, y ya haya sido constatado oficialmente que la patología es la mixomatosis», explica al medio El Heraldo el veterinario de la Real Federación Española de Caza y de la Federación Aragonesa de Caza, Nicolás Urbani. «Los Agentes para la Protección de la Naturaleza serán los encargados de recoger la liebre antes de que pase al Laboratorio de Histología y Anatomía Patológica de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza», aclara.
En dicho centro se tomarán las muestras denominadas oficiales (párpados, hígado, bazo, pulmón y lesiones cutáneas de la zona perineal y vulva), que se remitirán posteriormente al Laboratorio Agroalimentario de Aragón, que a su vez se lo hará llegar al Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid).
A comienzos de diciembre, se celebró el I Foro de Enfermedades de Fauna Silvestre en Madrid, donde se trataron, entre otros temas, el brote de mixomatosis y se destacó que el protocolo que se está siguiendo en Aragón es «altamente efectivo».
Según Urbani, que fue uno de los ponentes de dicho foro, se llegó a la conclusión de que «esta enfermedad de reciente aparición en las liebres es una evolución del virus que ya padecían los conejos». Es decir, una mutación. «Habrá que esperar a ver qué sucede cuando las temperaturas vuelvan a subir».