Según declaraciones del técnico responsable de ganadería de ASAJA Sevilla, José Manuel Roca, al ABC, la erradicación de la tuberculosis bovina ha experimentado una evolución positiva en la Comunidad Autónoma de Andalucía, ya que «hace cuatro años, la prevalencia en zonas concretas alcanzaba el 20%, encabezando Andalucía el ranking nacional en positivos de tuberculosis, mientras que actualmente se sitúa en el 8%».
La tuberculosis bovina es una enfermedad crónica de los animales provocada por la bacteria Mycobacterium bovis (M. bovis). Aunque se considera que su verdadero hospedador es el ganado vacuno, también se ha descrito la enfermedad en muchos otros animales domésticos y no domésticos como ovejas, cabras, caballos, cerdos o jabalíes.
Es una zoonosis, es decir, puede transmitirse al ser humano por contacto con los animales infectados, inhalación de las gotículas infectadas que el animal enfermo ha expulsado al toser o respirar, e ingestión de leche cruda de los mismos.
Como no existe vacuna, si tras los análisis en una explotación hay positivos, se procede al sacrificio de los animales enfermos y el comiso del resto. A los altos costes económicos que debe soportar el ganadero con positivo de tuberculosis en su explotación, se añade un perjuicio mayor, «la pérdida de mercados que hoy día son fundamentales para mantener los precios del bovino», declaró el técnico de la patronal agraria.
Con la globalización de los mercados, para evitar que la enfermedad sobrepase las fronteras de un país a otro, es necesario extremar los controles y las medidas preventivas. Unas actuaciones que demandan los productores andaluces ante la aparición de un foco de otra enfermedad altamente contagiosa en Marruecos, la fiebre aftosa, que puede afectar al ganado bovino, ovino-caprino y porcino.
Por su situación geográfica, Andalucía «actúa como barrera sanitaria frente al resto de Europa», por lo que ASAJA Sevilla insiste en «la importancia de aplicar unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones y en el transporte de los animales», así como en «garantizar el buen funcionamiento de las explotaciones centinelas de la Comunidad Autónoma». No obstante, el técnico responsable de ganadería de la misma, José Manuel Roca, denunció que esta contención sanitaria «se hace, sobre todo, a costa del bolsillo de los ganaderos», un coste que, «en gran medida debería compensar la Unión Europea».